Capítulo 5
F le escribió por WeChat:
«¡¡¡Maestra Yu!!!»
«¿Qué pasa?»
«¿No estás satisfecha?»
«¿Cómo no lo estaría?»
«¡Pero estás demasiado tranquila! Cuando antes te actualizaba el progreso, te emocionabas un montón»
Sticker señalando con el dedo.
«Estoy emocionada»
Le llegaron varios mensajes de voz.
—¿A que sí, a que sí? ¡Cuando me lo mandó, yo corría en círculos por toda la casa! ¡Era Su Chang! ¡Y aceptó hacer una prueba de voz! Cuando le envié el correo para invitarla al proyecto, estaba súper nerviosa, ¡pero al responder me mandó directamente un audio con la prueba! ¡Y me preguntó si esa voz le iba bien al personaje!
—Buaaa, Su Chang… preguntándome si esa voz estaba bien… En serio, me puse a llorar. ¡Puedo imaginarme perfectamente su tono al decir eso! ¿Tú puedes? ¿Puedes, maestra Yu?
Al final, F hablaba cada vez más rápido, con la voz entrecortada de la emoción.
Los sonidos de notificación de los mensajes entrantes sonaban como si suspiraran.
—Y déjame decirte, ¡no solo es buena persona, también es súper profesional! ¡Yo ni siquiera le mandé el texto de la prueba, no me atrevía a pedírselo! ¡Fue ella quien buscó la novela original y eligió una escena clave para grabar!
—De hecho, leyó la novela entera. A lo mejor no lo sabes, pero no es necesario leer toda la novela para esto; normalmente con leer el guion es suficiente.
Claro que lo sabía. ¿Cómo no iba a saberlo…? Siempre leía las novelas originales, a menudo se desvelaba leyéndolas.
F le envió varios stickers de personajes abrazándose el corazón.
Yu Zhou abrió el ícono de “+” en el chat de WeChat para buscar un sticker apropiado con qué responderle. Miró y remiró, pero todos le parecieron viejos o poco expresivos, así que cerró y empezó a escribir.
Escribía, borraba, escribía otra vez. El cursor parpadeaba sin parar.
La voz de Xiang Wan se coló entre los diálogos del drama que estaban viendo en la televisión:
—¿Su Chang es maestra?
Había escuchado que al otro lado del teléfono la llamaban “maestra Su”.
Yu Zhou volvió en sí y, mientras le enviaba a F un emoji sonriente, le explicó a Xiang Wan:
—No. Es CV, o sea, actriz de voz. Mi novela va a tener una versión en formato audio drama, como las series de la tele, pero sin imagen, solo con sonido. Ella, como actriz de voz, da vida a mis personajes con su interpretación.
—Interpretar… Como en la tele también, ¿no? —Xiang Wan quería aprender.
—Sí, es parecido a cuando ustedes veían óperas —explicó Yu Zhou—. Liang Shanbo, Zhu Yingtai, esas historias… todas son ficticias. La televisión es como un escenario moderno: toma los rostros de las personas, los recorta como si fueran títeres de sombras, y los pone en esta especie de teatro hecho de pantallas para representarlos.
[NT: en China, el teatro de sombras (皮影戏) es una forma tradicional de representación con figuras recortadas]
Xiang Wan no entendía del todo, pero con tantas cosas extrañas ya vistas, solo le quedaba aceptar.
Cualquier cosa que Yu Zhou le dijera a estas alturas ya no le parecía sorprendente.
Había empezado a considerar todo este viaje en el tiempo como un sueño sacado de alguna novela de fantasía, o tal vez como si hubiese muerto: quizás estaba en el infierno, o tal vez había ascendido al cielo. Todo le parecía extraño y maravilloso, como volver a ser una niña y empezar desde cero.
—Entonces —inclinó la cabeza suavemente, con su largo cabello cayendo sobre el hombro—, la voz que escuchamos antes era la de Su Chang. Así es como interpreta tus personajes.
—Exacto. Eres muy perspicaz, entiendes todo al vuelo —dijo Yu Zhou con una sonrisa cálida, con los ojos entrecerrados de gusto.
Esta señorita Xiang le resultaba muy interesante, y apareció justo cuando ella estaba en casa tras dejar su trabajo, aburrida y sin nada que hacer. Poder hablar con alguien le levantaba el ánimo. Encima, se llamaba Wanwan, igual que su gatita. ¡Era como si la gatita se hubiera convertido en persona!
Ojalá fuera realmente su gata transformada, pensó Yu Zhou. Así podría convertirla de nuevo en gato y sacarla de aquí sin que nadie se diera cuenta.
—¡Ah! —de repente levantó un dedo—. ¡Ya sé qué puedes hacer! Podrías aprender a ser CV, una actriz de voz.
Xiang Wan la miró, confundida.
Yu Zhou, emocionada, se dio un golpecito con el puño.
—¡Claro! ¡Tienes una voz preciosa! Solo habría que inscribirte a un curso en línea y buscar un buen maestro que te guíe. Yo te financio el equipo. Luego puedes aceptar encargos desde casa. Con tu talento… no sé cuánto podrás ganar, pero por lo menos podrías conseguir un ingreso extra. ¿Qué opinas?
Solo al final se acordó de preguntarle su opinión.
—Yo creo que… —Xiang Wan dudó. Sospechaba que, sin importar la profesión, probablemente no era tan fácil como Yu Zhou lo hacía parecer, como si fuera cosa de decidirlo y ya.
—¡Listo! ¡Ahora mismo te encargo el equipo! —Yu Zhou abrió la app de JD (una tienda online), pero luego la cerró y fue a WeChat, donde le mandó un mensaje de voz a F:
—¡Profe F! Te tengo una pregunta: si alguien quiere empezar como actriz de voz, ¿qué equipo básico recomiendas?
Estaba entusiasmada. Xiang Wan, en cambio, bajó la mirada, sonrió con disimulo y volvió a concentrarse en la serie de Yang Guang que estaban viendo.
Cuando terminó el capítulo, justo cuando iba a comenzar el siguiente, Xiang Wan sintió la mirada de Yu Zhou. Dudó un momento, luego giró la cabeza para mirarla, preguntándole con los ojos qué pasaba.
Yu Zhou tenía el teléfono en la mano, la barbilla apoyada en la palma, pensativa:
—Acabo de darme cuenta de que su sistema de edades en la antigüedad… ¿es diferente al nuestro, no?
—¿A qué te refieres?
—Dices que tienes dieciocho, pero cuando te vi sonreír recién, tu expresión me recordó a la de mi hermana —comentó Yu Zhou.
—¿Cuántos años tiene su hermana? —preguntó Xiang Wan con cortesía.
—Casi treinta.
—Treinta… —repitió Xiang Wan en voz baja—. En mi dinastía, si una mujer se casa joven y tiene la dicha de tener hijos y nietos, a esa edad ya podría ser abuela.
Yu Zhou se rió por lo bajo:
—Aquí, el no casarse tal vez sea la verdadera bendición.
Xiang Wan bajó la mirada, sin seguir indagando.
—Todavía es temprano y esto está aburrido, ¿qué te parece si te explico un poco sobre el mundo del doblaje? —sugirió Yu Zhou, viendo que la otra se había quedado en silencio.
Xiang Wan curvó una sonrisa:
—De acuerdo.
Yu Zhou se aclaró la garganta:
—El doblaje, como oficio, ha pasado por muchas generaciones. Hay dos grandes escuelas: la del sur y la del norte. En el gremio se suele decir: “al sur, Su Chang; al norte, San Sheng”.
Xiang Wan la miró un momento en silencio. Luego preguntó:
—¿Eso te lo acabas de inventar?
—¿Cómo lo supiste?
—Porque no suena como algo serio.
—Es que me pareció que eso de “al sur tal, al norte tal” sonaba más imponente —respondió Yu Zhou con un gesto despreocupado.
—San Sheng es un estudio de doblaje muy grande. Tiene un montón de actores de voz buenísimos. Y Su Chang… es una persona.
Se inclinó hacia Xiang Wan y bajó la voz, como revelando un secreto:
—¿Lo entiendes ahora?
—¿Entender qué?
—Que Su Chang es tan increíble que, siendo una sola persona, puede estar al nivel de todo un estudio de doblaje de primer nivel.
—Oh… —Xiang Wan asintió con la cabeza.
Yu Zhou frunció el ceño:
—¿Y esa cara?
Xiang Wan sonrió suavemente:
—Me pareció… que lo dijiste con mucho orgullo. Como si te sintieras honrada.
—¿Y eso se me nota? —Yu Zhou no pudo evitar admitirlo—. Bueno… un poco, sí.
Se recostó en el sofá, con el brazo apoyado en el reposabrazos, y su voz sonó un poco melancólica:
—Es mi exnovia.
—¿Tu exnovia…?
—Sí, ya sabes, en su momento fue puro juramentos eternos, amor correspondido, dulzura sin fin, corazones en sintonía… pero terminamos —dijo Yu Zhou.
Xiang Wan la miró de reojo, fijándose en su sonrisa apagada y el leve fruncir de sus cejas. Le preguntó en voz baja:
—¿Por qué?
—Es una larga historia… —suspiró Yu Zhou—. Pero estas cosas tan jugosas no se cuentan justo al conocerse. Tiene un montón de fans… Si se filtrara algo, ¡sería un escándalo!
—No diré nada —susurró Xiang Wan, bajando la cabeza y mirando la punta de sus dedos.
—Lo sé —respondió Yu Zhou—. Pero los secretos más grandes no se sueltan tan fácil, ¿entiendes? Es una cuestión de principios.
Si se lo contaba todo de entrada, ¿qué quedaría para después? Sería como perder el misterio.
Xiang Wan asintió y, con elegancia, se inclinó a tomar un vaso de agua y bebió con tranquilidad.
Yu Zhou bajó la mirada, con intención de distraerse un rato en el teléfono, pero justo le llegó otro mensaje de F.
Era una grabación de pantalla.
Yu Zhou, sin sospechar nada, la abrió. En ella se veía la conversación entre F y Su Chang. El cursor seleccionaba el pequeño botón blanco del mensaje de voz junto al avatar de Su Chang, y en la grabación se escuchaba la voz de Su Chang diciendo:
—¿Y la autora? ¿Qué opina ella?
Justo entonces, entró un nuevo mensaje de F. Yu Zhou lo abrió. Era una nota de voz con tono entusiasmado:
—¡La maestra Su quiere saber tu opinión sobre la prueba de voz! ¡Es que esta frase la dijo con tanta sensualidad que tenía que mandártela! ¿La sentiste? ¿La sentiste?
Sí. Yu Zhou sí la sintió.
La nasalidad suave en esas pocas palabras, esa breve pausa antes de hablar, esa entonación que daba pie a imaginar todo tipo de escenarios…
Tal vez acababa de despertarse. Su Chang solía tener los horarios cambiados. Si no tenía trabajo ni Yu Zhou la llamaba, podía dormir hasta la tarde.
O quizá acababa de terminar una grabación en la mañana, y entre bocados, se secó la boca con una servilleta, bebió un sorbo de agua… y luego dijo esa frase.
Porque una vez, cuando Yu Zhou se quejó de que Su Chang le hablaba por teléfono con un tono demasiado seco, le respondió:
—No me hables tan soso, parece que estamos discutiendo un informe.
Su Chang rió al otro lado del teléfono, bebió un poco de agua y le contestó:
—¿Y cómo quieres que te hable… para sonar mojadita?
Así era esa voz. Después de beber agua, suave, húmeda, con una sonrisa apenas perceptible.
Yu Zhou tardó un buen rato en volver a la realidad. No respondió a F. En cambio, abrió su cuenta de Weibo.
Revisó algunos comentarios de lectores, respondió unas preguntas… Hasta que su teléfono vibró con una notificación de mensaje privado.
El asunto del mensaje decía: “¡Aaaaaaaaah!”
Yu Zhou lo abrió. Era una fan que no conocía. Le escribió:
«¡¡¡Aaaaaaaaah, autora, Su Chang te acaba de seguir!!!»
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- Capítulo 8 octubre 30, 2025
- Capítulo 7 octubre 11, 2025
- Capítulo 6 octubre 9, 2025
- Capítulo 5 octubre 9, 2025
- Capítulo 4 octubre 9, 2025
- Capítulo 3 octubre 9, 2025
- Capítulo 2 octubre 9, 2025
- Capítulo 1 octubre 9, 2025
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