Como Lu Yang también formaba parte del grupo protagonista, Gu Yu no podía permitirse bajar la guardia con él. Pero había algo que le daba cierto alivio: al igual que Su Yue, Lu Yang era un omega, así que, al menos, entre ellos no debería surgir ningún tipo de romance.

En cuanto a por qué Lu Yang decidía ayudar a Su Yue más adelante, Gu Yu no lo sabía, ya que no había llegado tan lejos en la novela original. Por eso, desde su primera aparición en el escenario, Gu Yu estuvo muy atenta a él, deseando descubrir qué lo diferenciaba del resto de los personajes secundarios.

Lo que Gu Yu no sabía era que, a poca distancia a su espalda, un par de ojos color vino oscuro la observaban en silencio…

Poco después llegó su turno de salir al escenario.

Antes de subir, Gu Yu respiró hondo varias veces y se terminó hasta la última gota de una botella de agua. Quería parecer tranquila, o por lo menos no dar señales de nerviosismo que pudieran delatarla.

El telón fue abriéndose poco a poco, y Gu Yu caminó hacia el escenario.

Las gafas con marco dorado se apoyaban sobre su recta y elegante nariz, y las delicadas cadenitas brillaban tenuemente al moverse con sus pasos. Llevaba un abrigo largo negro de estilo sastre, adornado con pequeños cristales dispersos que recordaban a estrellas titilando en el cielo nocturno.

Pero lo que más destacaba de su atuendo era ese broche en forma de rosa: una pieza de orfebrería tan exquisita que parecía una joya real.

Su cabello largo y claro caía suelto, enmarcando su rostro pequeño y delicado, sin una sola imperfección. Su aura era clara y fría, como la niebla entre montañas lejanas, con una distancia casi sagrada que hacía que nadie se atreviera a acercarse.

Con una mirada ligera, transmitía esa sensación de alguien que observa el mundo desde lo alto, ajena a todo lo terrenal. Por un instante, parecía una deidad etérea bajada de las nubes, inalcanzable e intocable.

En el pasado, Gu Yu solía vestirse imitando el estilo de Su Yue para atraer la atención de Qin Mo. No solo no lograba agradarle, sino que él ni siquiera se dignaba a mirarla, y además ella terminaba quedando en ridículo.

Pero ahora era distinta. Gu Yu no pensaba volver a cometer los mismos errores.

Así que, al salir al escenario, no solo sorprendió a los fans presentes, sino que hasta la propia presentadora se quedó momentáneamente en blanco, sin saber qué decir. Incluso se le olvidó hacer la presentación.

Gu Yu se plantó firme con sus zapatos negros de tacón bajo, tomó el micrófono y, con una voz clara y serena, que contrastaba con su apariencia fría, dijo:

—Hola a todos, soy Gu Yu.

Tal vez fue la sorpresa de verla con un look tan imponente, pero aunque antes no tuviera muchos seguidores, ahora el público estalló en aplausos.

“Esto… ¿no es demasiada gente?”, pensó Gu Yu mientras sentía el peso de todas las miradas sobre ella. Por fuera parecía imperturbable, como si ni el fin del mundo la sacudiera, pero bajo sus guantes negros, sus manos ya estaban empapadas en sudor por los nervios.

Recién entonces la presentadora reaccionó. Se le sonrojaron un poco las mejillas, pero enseguida recuperó su actitud profesional.

Después de que presentaran brevemente a Gu Yu, Lan Xi la jaló con familiaridad hacia su lado, interactuando de forma cercana con ella ante las cámaras.

Pero Gu Yu no podía concentrarse del todo… porque Su Yue aún no había salido al escenario.

Sentía que las sienes le palpitaban con fuerza, como si presintiera que algo malo iba a pasar. Aunque ya se había mentalizado para enfrentarse a una posible venganza por parte de Su Yue, cuando el momento realmente llegaba, una incertidumbre incómoda empezaba a calarle los huesos.

Y entonces, el telón se abrió, y la estrella más esperada hizo su aparición—

Su Yue lucía un vestido largo completamente blanco que ondeaba con gracia bajo la brisa. Bajo el foco de luz, parecía una mariposa divina, irradiando una belleza tan intensa y deslumbrante como el mismo sol. Sonrió levemente, y fue como si mil flores estallaran al mismo tiempo. Su belleza dejaba sin aliento.

Su sonrisa era suave, y sus ojos color vino recordaban a un conejito blanco, inocente y adorable. Con su aparición, el público se desbordó en gritos eufóricos que retumbaban en todo el auditorio.

Pero Gu Yu no podía sonreír. Por más bella que fuera la escena, no tenía ánimo para apreciarla. Porque justo cuando Su Yue pasó a su lado para subir al escenario, ella sintió un aura helada emanar de su cuerpo.

Solo fue un instante, pero en ese segundo fugaz, Gu Yu captó claramente la hostilidad.

Mientras seguía tensa, anticipando cómo y cuándo Su Yue podría vengarse, no notó cómo la mirada de Lan Xi, a su lado, se había vuelto más oscura.

Esa expresión… era como si alguien hubiese invadido su territorio, y de inmediato despertara su instinto competitivo de alfa.

“Muy bien, Su Yue, ¿eh? Vamos a ver cómo planeas competir conmigo siendo apenas una omega inferior sin feromonas”.

Su Yue esbozó una sonrisa apenas perceptible, con una chispa de desdén en los ojos mientras miraba a Lan Xi de reojo. Las miradas de ambas se cruzaron brevemente en el aire como un choque silencioso de espadas, y luego se apartaron como si nada hubiese ocurrido.

Después de todo, Su Yue era el plato fuerte del programa. No solo era una actriz famosa, sino también la principal candidata al próximo premio de Mejor Actriz, y el equipo de producción le tenía mucha estima.

Una vez que todos los invitados estuvieron en el escenario, el programa dio inicio oficialmente. El primer segmento era una ronda de preguntas.

La presentadora comenzó conversando con Lan Xi. Ella tenía una personalidad muy abierta y desenfadada, y con su buen humor y agilidad verbal, supo sortear incluso las preguntas más incómodas del guion, provocando carcajadas entre los presentes y ganándose la aprobación del público.

Gu Yu, en cambio, eligió el asiento más alejado, permaneciendo callada y discreta como si fuera invisible, apoyando la mejilla en la mano mientras escuchaba en silencio las conversaciones.

Ella albergaba una pizca de esperanza: con tantos invitados, ese segmento debería pasar rápido, ¿no? Y ella, sentada tan al borde, tan fuera de foco… probablemente la presentadora ni se fijaría en ella.

Observaba desde lejos cómo los del centro del escenario reían y charlaban animadamente, sin siquiera notar su existencia. Pensando en eso, Gu Yu se relajó del todo, dejando que su mente divagara, a punto de flotar entre nubes y niebla.

Pero, justo cuando sus pensamientos estaban por despegar del todo, una mano le tendió un micrófono frente a la cara.

Gu Yu se quedó rígida, conteniendo hasta el aliento por un segundo.

Estaba frita. ¡¿Cómo la habían encontrado en este rincón?!

Se sintió como si estuviera cabeceando en una clase aburrida y de repente la profesora la llamara por su nombre. Todos los ojos se giraban hacia ella, la vergüenza subía como una marea y una desesperación de no saber qué hacer la golpeaba de lleno. Para alguien con ansiedad social, esto era pura tortura.

Gu Yu tomó el micrófono en silencio. “Bueno… ni modo. A lo hecho, pecho. Si me preguntan, contesto con cuidado y listo”.

La presentadora le sonrió:
—Señorita Gu, recientemente algunos medios han difundido rumores sobre un supuesto novio suyo. ¿Es verdad?

—Claro que no. Solo somos amigos.

Respondió con calma. Aunque, en realidad, ni siquiera sabía a qué rumor se referían. Estaba improvisando por completo.

—Y díganos, una persona tan talentosa y encantadora como usted… ¿tiene a alguien que le guste? ¿O tal vez podría contarnos cómo sería su tipo ideal?

Apenas terminó la frase, Gu Yu sintió dos miradas punzantes clavarse en ella desde ambos lados. No sabía por qué, pero de pronto se sintió como una presa atrapada entre depredadores. Una sensación helada recorrió su espalda, como si una amenaza invisible flotara sobre ella.

—Ay, bueno… a mí también me gustaría saberlo.

Su Yue, con sus ojos de fénix ligeramente entornados, miró directo a los ojos sorprendidos de Gu Yu. Una sonrisa leve se dibujó en sus labios, tan tranquila como inquietante, como si se estuviera preparando para un juego del que solo ella sabía las reglas.