—¡Seguro escuchaste mal, de verdad no dije nada! —exclamó Gu Yu mientras agitaba las manos, fingiendo inocencia con torpeza.
—…Está bien —respondió Su Yue tras una pausa.
Luego se dio la vuelta y añadió:
—Vamos, ya va a empezar.
—Sí, ya voy.
Uff… qué susto. Gu Yu se llevó una mano al pecho, aliviada de que todo hubiera pasado. Por un momento pensó que ese sería el día en que la descubrirían.
Siguió a Su Yue de regreso al escenario. Las presentaciones de Lu Yang y los demás invitados ya habían terminado, y el presentador comenzaba a explicar el siguiente juego.
Este consistía en una dinámica con palitos de chocolate: los invitados formarían parejas, y a cada pareja se le daría un palito. Cada persona debía sujetar un extremo con los dientes, y la pareja que dejara el trozo más corto sin romper ganaría.
Era un juego pensado como un “fan service”, además del último segmento grabado del día. Es decir… ¡tras eso podría volver a casa!
El cansancio de Gu Yu desapareció al instante. Recuperó el ánimo de inmediato.
“Solo hay que aguantar un poco más. Termina este juego y me voy a casa”.
Pensar en eso le puso de buen humor.
—Entonces, ¿decidimos el orden por sorteo? —propuso el presentador.
Un miembro del staff trajo una caja cerrada con un pequeño agujero negro en la parte superior, apenas del tamaño de un puño.
—Por favor, pasen a sacar sus números. El uno y el dos formarán una pareja, el tres y el cuatro otra, y así sucesivamente.
Los invitados se acercaron uno a uno para sacar sus números. Gu Yu fue la última, y tomó la papeleta que quedaba.
Giró la mano. El número “6” apareció ante sus ojos. Siguiendo la lógica, su pareja debía ser quien tuviera el número 5.
“Bah, da igual. No pienso ganar ni nada. Cuando esté cerca del final, simplemente muerdo y rompo el palito. Seguro que la otra persona tampoco querrá estar tan cerca de mí. Mejor terminarlo rápido y con dignidad”.
No iba a admitir que, en realidad, solo quería terminar pronto para volver a casa.
—Entonces, que pase el número uno —anunció el presentador.
Un hombre de rostro elegante salió al frente, levantó su número y sonrió hacia el público. Era Lu Yang.
Apenas apareció, las fans estallaron en gritos. Todas comentaban con entusiasmo quién sería la afortunada que compartiría un palito de chocolate con él.
—Ahora, el número dos —continuó el presentador.
Un joven actor, de origen idol, subió al escenario algo nervioso. El bullicio del público aumentó.
Lu Yang le sonrió, mostrando que no tenía problema con la situación. El chico se ruborizó aún más al sentirse tranquilizado por él.
Después de ellos, anunciaron al número tres y al número cuatro: Lan Xi y otro actor.
“Eso quiere decir que… ¿mi pareja es Su Yue otra vez?”.
El ánimo de Gu Yu se desplomó de golpe. Primero fue la actuación, y ahora, cuando ya casi terminaban, ¿tenía que hacer esto con ella también?
Gu Yu giró la cabeza con rigidez. Justo en ese instante, Su Yue la estaba mirando también, con una sonrisa llena de expectativa en los labios. Esa imagen hizo que el público estallara en gritos ensordecedores.
¡¿Otra vez?! Gu Yu se quedó petrificada. Otra vez mostraba esa expresión tan inocente y pura frente a los fans, y eso la hacía sentirse bajo una presión abrumadora.
Intentó tranquilizarse a sí misma. Daba igual quién fuera la compañera, el plan seguía siendo el mismo: romper el palito de chocolate lo antes posible y terminar con aquello rápido.
Mientras no ocurriera ningún contratiempo…
“No va a haber problemas esta vez. Seguro que no”. Gu Yu se mentalizó, respiró hondo y trató de calmarse.
Además, en este juego, aunque Su Yue quisiera hacer alguna tontería, no debería poder, ¿cierto? Era solo un palito de chocolate. No podía ser tan peligroso…
Frente a su evidente nerviosismo, Su Yue la miró sin decir nada, con una sonrisa serena.
—¡Entonces, que comience el juego! —anunció el presentador.
En cuanto empezó la cuenta regresiva, las tres parejas iniciaron su “competencia”.
Del lado de Lu Yang, él compartía el palito de chocolate con su compañero de forma tan cariñosa y delicada que casi podía derretirse en el acto. Su mirada, sus gestos… todo era tan suave que el chico a su lado ya ni se atrevía a sostenerle la mirada.
La audiencia estalló en vítores y chillidos emocionados.
En contraste, la escena entre Lan Xi y su compañero era el extremo opuesto. Mientras la primera pareja derrochaba afecto, ellos mantenían una tensión helada. Lan Xi, con una expresión impasible y una fría aura de intimidación, miraba fijamente a su compañero como si dijera: “Atrévete a acercarte y verás”. Con esa presencia tan imponente, no hacía falta que dijera una sola palabra. Su compañero no tuvo más remedio que morder el palito en silencio, resignado.
Y luego estaba el grupo de Gu Yu…
Frente a frente, a muy poca distancia, ambas sujetaban con los dientes los extremos del mismo palito de chocolate. El aroma dulce y denso del chocolate flotaba entre ellas, cosquilleando suavemente la nariz de Gu Yu.
El aliento cálido de Su Yue rozaba su rostro. Tenía la mirada baja, con sus ojos color vino tinto enfocados tranquilamente en el centro del palito. Y entonces…
Su Yue dio el primer paso. Con delicadeza, comenzó a masticar el recubrimiento de chocolate, rompiendo el borde de la galleta mientras avanzaba poco a poco hacia el centro.
Gu Yu contuvo la respiración, temerosa de provocar cualquier reacción en la persona frente a ella. Se mantuvo completamente quieta, alerta.
“En cuanto llegue al centro, lo muerdo y se acaba”. Todavía creía que todo iba a salir según lo planeado.
Mientras observaba cómo Su Yue avanzaba, Gu Yu no dio ni una sola mordida. Solo esperaba el momento exacto.
Y entonces, Su Yue alcanzó el punto medio… lo mordió… y se preparó para acercarse un paso más…
¡Ahora! Gu Yu aprovechó el momento y estaba a punto de morder el palito con un movimiento certero para romperlo.
Justo entonces, Su Yue curvó los labios y dibujó una sonrisa.
El corazón de Gu Yu dio un vuelco. “Esto no pinta bien…” pensó, y antes de que pudiera reaccionar, Su Yue alzó la mano, la colocó suavemente detrás de su cabeza y la empujó hacia adelante.
Con los labios rozando suavemente el palito de chocolate, Su Yue lo empujó por completo dentro de la boca de Gu Yu.
Sus labios se tocaron por un instante, apenas un roce fugaz. La mano de Su Yue cubrió con naturalidad la escena, bloqueando tanto la cámara como la vista del público.
Los ojos de Gu Yu se abrieron de par en par, retrocediendo con pánico, aún con medio palito de chocolate derritiéndosele en la boca. El dulce sabor se extendió por su lengua y descendió lentamente por su garganta.
Bajo los reflectores, ambas compartieron un efímero beso. La sensación suave fue breve pero imborrable, grabándose para siempre en la memoria de las dos chicas.
Los ojos claros de Gu Yu temblaron sutilmente. Se cubrió los labios con una mano, mirando a Su Yue con incredulidad.
¿Acababan de… besarse?
—¡Tenemos un equipo ganador! ¡Fin del juego! —anunció el presentador mientras detenía la cuenta regresiva.
El grupo de Lu Yang había dejado un buen trozo del palito sin comer. El equipo de Lan Xi, desde un principio, no había mostrado interés en participar, así que su chocolate seguía casi entero, como nuevo.
En comparación, el dúo de Gu Yu y Su Yue se lo había comido por completo. Si ellas no ganaban, ¿entonces quién?
—Entonces, anuncio oficialmente que las ganadoras de esta ronda son la señorita Su y la señorita Gu —concluyó el presentador.
Todo lo que dijo después pasó completamente desapercibido para Gu Yu. Terminó la grabación como en un trance, subió al auto del conductor sin saber cómo y volvió a la casa familiar de los Gu como si su alma se hubiera quedado atrás.
La tía Lin esperaba en la puerta, rebosante de entusiasmo, para recibir a las dos señoritas. Ya les había preparado una cena deliciosa.
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